Rápido, encarador y mortal en el área. Gastón Casas fue clave en el ascenso del Globo en el año 2000. El rubio fue goleador en ese torneo con 32 Goles. 11 años después de ese logro, el nueve quiso volver al club para luchar, nuevamente, por el ascenso a Primera División. Sin embargo, el cuerpo técnico a cargo de Juan Amador Sánchez decidió cerrarle las puertas, así que se fue silbando bajito a Defensores de Belgrano.
Irrumpió en Primera en el año 2001, en ese momento parecía que se llevaba al mundo por delante. Ya en los primeros partidos en la “A” causó una gran impresión, por eso no extrañó que rápidamente se lo llevaran a jugar a España, más precisamente al Betis. Si bien el conjunto español estaba en la B, en aquel momento –año 2001- una oferta de Europa era muy difícil de rechazar.
Una vez allí, Casas se convirtió en uno de los ídolos del club. Incluso, fue pieza fundamental para entregarle el Ascenso al equipo sevillano a La Liga de las Estrellas. Todavía debe estar en la memoria de los fanáticos españoles los dos goles al Jaen que le dieron punto definitivo a la conquista. Ya en la Liga, tuvo la oportunidad de pisar el Camp Nou, pero ese estadio lleno de sueños se convirtió en una pesadilla para el blondo delantero. Un cruce con Gerard lo dejó afuera de las canchas más de dos meses. A partir de ahí nunca más fue el mismo.
Le costó volver al primer equipo del conjunto sevillano. El técnico nunca le devolvió la confianza. Paso en condición de cedido a Racing donde anotó solamente 2 goles en 13 partidos. Después estuvo en Argentinos. Tampoco funcionó.
Luego, arrancó una travesía por segunda división española. Vistió la camiseta de 4 equipos –Recreativo, Elche, Cadiz y Córdoba-. Sólo anduvo bien en el Recreativo Huelva -18 goles en 44 partidos- en donde alcanzó el ascenso, pero nuevamente buscó otro rumbo. Esta vez fue Grecia. La vida distinta y el idioma le complicaron la adaptación.
Retornó a Argentina, esta vez en Gimnasia. Disputó sólo 10 partidos y su equipo descendió. Luego, la historia ya contada con su Huracán donde no importó su condición de ex figura. En Defensores de Belgrano lo aceptaron y entonces encontró un lugar. El dragón apostó por él y por Ariel Ortega –otro a quién le cerraron las puertas en su club-. Aquel delantero rápido y veloz de Huracán quedó en el tiempo. Ahora, con 33 años, se dedica a ser el carrilero derecho del equipo de Della Picca.
Federico Lamas
Correcciones:
ResponderEliminarEl texto cae en el habitual error. Se trata más de una biografía que de un perfil. No trata un aspecto de la vida de Casas, sino que enumera toda su carrera. No cumple la consigna.
La redacción no es correcta. Está plagado de errores. Hay que mejorar la relectura.
En cuanto al contenido, sería bueno agregar más historias y testimonios, a los datos que se vuelcan, para hacer el texto más ameno.
El título estaría bueno para una nota, en un blog de Huracán, que se queja porque no vuelve. En el tuyo, no queda bien. Defe no olvidó al jugador si le da un lugar, ¿no?